Donosti es una ciudad preciosa. El mar, el río, las olas, la Contxa, Groz, Amara... Enamoraría a cualquiera.
Como el año pasado, hemos vuelto al Zinemaldia. Ambiente de cine en las calles, en los periódicos, en la alfombra roja.... Como siempre, maravilloso.
Una breve visita a Chillida Leku, al Peine de los vientos y una subida al Monte Urgull han servido para rematar un viaje con aire de cine y reencuentro con antiguos compañeros de fatigas egipcias. Si todo sale según lo previsto, el año que viene nos vamos 24 días a Tanzania. Pero de momento, sigamos soñando.
He visto 3 películas. Dos me han encantado y una no. Blessed (Anna Kokkinos), en el Teatro Victoria Eugenia el jueves. Drama desgarrador sobre madres e hijos. Cuando salimos del cine, estuvimos media hora sin hablarnos, andando a la deriva por la playa. Vengeance (Johnnie To), en el Velódromo, el sábado con los bocadillos y las patatas fritas, una peli trepidante, sobre la mafia china con Johnny Hallyday (superestrella francesa de los 60 venida a menos y recuperada con gran acierto). Y por último, lo peor: Mother and Child (Rodrigo García). Una película horrorosa, con una historia que desde el principio se intuye, melodramática pastelera, con más azúcar que un Ferrero Rocher. Era como una cutrepeliantena3dedomingoporlatarde pero con presupuesto (Samuel L. Jackson, Naomi Watts y Annette Bening).
El año que viene más, ¡muchas más!
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