trabajo, trabajo y más trabajo

Algunas muchas veces he hablado de qué gran ser humano es mi jefe, de su inteligencia, su valor, su saber estar, su empatía, solidaridad, comprensión, etc., etc., etc.... (Espero que captéis las ironías, yo estoy demasiado cansada para pensar algo más sutil)
Pues llevo como ya un mes puteada en el curro. Estamos empezando un proyecto nuevo, que hace que nuestras jornadas laborales se alarguen hasta la noche, mientras mi jefe está ... ocupado rascándose las pelotas con las dos manos
¿Os creéis que le importa? Frase del viernes pasado, sobre las 20.30: ¿Tienes para mucho? es que me quiero ir. Pues vete, desaparece del planeta que le harás un favor a la humanidad.
Hoy me ha llamado 24 veces. Las he contado, porque estamos en una competición para ver a quién toca más las narices. Voy ganando.
Ayer, por eso, me quedé descansada. Hablé con el hermano de mi jefe que no trabaja allí pero es como si lo hiciera, ejerciendo de gurú, marcando el camino a seguir. Éste, en el fondo, me cae bien. Pues le dije que estaría bien que en esta empresa empezara la autocrítica, que caer en la autocomplacencia de qué buenos somos y qué bien lo hacemos todo conduce a que las cosas vayan como vayan.
Hoy han convocado un gabinete de crisis (directiva incluída) para hablar de mi desmotivación.

Creo que voy a vomitar.