¡lo que cambian las cosas depende de a qué hora las mires!

11 de la mañana. Salgo del trabajo y me voy al paqui que hay más abajo a comprar algo de comer. En 20 metros me encuentro a 4 marujas con bata de boatine, dos modernas con dos dálmatas, dos borrachos intentando avanzar con el terremoto que había bajo sus pies, un mendigo sin piernas sobre su silla de ruedas, unos obreros desmontando un andamio y una pareja de viejitos con sus dos Yorkshire con lacitos en el pelo.
Mañana a la misma hora un ejército de turistas ávidos de "cultura" invadirán la misma calle. Los perros, la silla de ruedas y las marujas no podrán pasar a no ser que sean atletas que participen en una carrera de obstáculos. Mañana los bares y las tiendas estarán abiertos. El silencio y la tranquilidad que hoy se respira se verán perturbados por los gritos del tropel de adolescentes, de los músicos callejeros con más o menos gracia y por los promotores del tablao flamenco.