Crónica de un viernes cualquiera...
Imagina que es tu cumpleaños. Imagina que has quedado con unos amigos para ir a un concierto de uno de tus artistas preferidos. Imagina que te has tomado un par de cervezas al salir del curro y que estás eufórica. Imagina que te encuentras camino del concierto a un amigo de tu jefe que por casualidades laborales conoces bien. Imagina que este amigo también va al concierto. Imagina que se ha quedado sin acompañante y ha vendido la entrada. Imagina que dices "qué putada", lamentando su situación. Imagina que va andando a vuestro lado, entra en el recinto a vuestro lado, camina hacia el escenario a vuestro lado. Imagina que se autopresenta a tus amigos (porque tú no lo has hecho, maleducada). Imagina que empieza el concierto y sigue a vuestro lado. Imagina que intentas decirle a tus amigos que el tema trabajo es tabú porque él es amiguísimo de tu jefe. Imagina que se acaba el concierto, te alejas del recinto y él sigue allí, a vuestro lado sin hablar. Imagina que caminas por la Diagonal, con cientos y cientos de personas alrededor y al final decide coger el bicing, se despide y se va. Imagina lo incrédulos que están tus amigos con la situación.
Imagina que es tu cumpleaños. Imagina que has quedado con unos amigos para ir a un concierto de uno de tus artistas preferidos. Imagina que te has tomado un par de cervezas al salir del curro y que estás eufórica. Imagina que te encuentras camino del concierto a un amigo de tu jefe que por casualidades laborales conoces bien. Imagina que este amigo también va al concierto. Imagina que se ha quedado sin acompañante y ha vendido la entrada. Imagina que dices "qué putada", lamentando su situación. Imagina que va andando a vuestro lado, entra en el recinto a vuestro lado, camina hacia el escenario a vuestro lado. Imagina que se autopresenta a tus amigos (porque tú no lo has hecho, maleducada). Imagina que empieza el concierto y sigue a vuestro lado. Imagina que intentas decirle a tus amigos que el tema trabajo es tabú porque él es amiguísimo de tu jefe. Imagina que se acaba el concierto, te alejas del recinto y él sigue allí, a vuestro lado sin hablar. Imagina que caminas por la Diagonal, con cientos y cientos de personas alrededor y al final decide coger el bicing, se despide y se va. Imagina lo incrédulos que están tus amigos con la situación.
1 comentario:
Y ahora imagina que un día le da por mirar blogs y descubre que alguien llamado Cris ha explicado exactamente lo que hizo él en el último concierto!
Jejejej!
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