24 nov 2008

diversión a 6.85€

Viernes 6 de la mañana, día de vacaciones en el trabajo, mucho mucho frío, oscuridad en casa... Intentando meter a un gato en su jaula transportín donde tenía que estar unas 5 horitas de nada...
Al final, después de unas carreras por casa, lo conseguí. Me fui a la estación, gato en mano, arrastrando una maleta con su comida. No paraba de balancearse y de quejarse. Un flipado con el bicing pasó rozando la jaula. ¡Idiota!, le grité. Eran las 6 y 1/2 de la mañana. Llegué a la estación, previas unas 20 paradas en bancos para descansar, joder cómo pesa el gato, subí al tren (menos mal que iba fuera de Barcelona y estaba medio vacío). Intenté dormir, pero el gato miauuu miauuuu... Al final se calmó (en Granollers). Cuando ya estaba llegando, se veía nieve por la ventana y cada vez que se abría la puerta la temperatura del vagón bajaba 10º, subió un homeless que pobrecito estaba muerto de frío. El señor viendo el gato me sonrió y me empezó a contar su vida. Estaba un poco más allá que acá, pero me contó sus andanzas juveniles cuando con 13 años se fue andando desde Torelló hasta Berlín, tardando 4 meses (que se rían ahora los de Pekín Express)... Me contó como se enroló en un marino mercante y estuvo viviendo en Finlandia, Inglaterra, Shangai. Me contó todos los idiomas que sabía, y para demostrarlo iba hablando un rato en catalán, en castellano, cambiaba al francés, al inglés, italiano, alemán o portugués con una facilidad que me flipó. Luego, claro, me contó que no bebía (y no os cuento el olor a coñac que fluía por el aire), que solo se había emborrachado una vez durante la mili, en África. Llegué, bajé del tren, mi madre me esperaba. Subí al coche y le conté toda la historia del viejo y el mar.
Mi gato ha roto en 1 día y medio: una figurita fea que merecía tal cuál cruel destino, un plato de aquellos de debajo una planta y un cenicero. Creo que cuando lo vuelva a ver pasará de mi por el exilio forzado al que le he sometido.
Por cierto, ya tengo otra vez luz en casa -este era el motivo del exilio del gato-, a ver cuánto aguanta sin que exploten los fusibles de nuevo

18 nov 2008

Crisis

No voy a ponerme tremendista, porque no tengo conocimientos de macroeconomía, o de microeconomía (no me aventuro a decir cuál es la diferencia). Tampoco voy a plantear cómo y por qué se ha llegado a la situación en la que estamos. Sólo diré que la palabra crisis está en todos lados: escuchando la radio, viendo las noticias, quejándonos del (poco) dinero que cobramos, en el mercado comprando judías, en los bares, viendo el futbol, en la cola del autobús, en las pseudonoticias de las pantallas del metro.... Crisis is in the air.
Me pregunto hasta cuándo seguiremos con el monotema y cuándo nos olvidaremos de lo mal que va el mundo, resignándonos a seguir pagando lo que debemos y seguir subsistiendo, pero nuestras consersaciones cambiarán por otro gran tema que estará de moda. ¿Cuál será?

8 nov 2008

Friends will be friends

Dos semanas distintas. Dos grupos de gente distinta. Dos ciudades alejadas. Mismo tema de conversación (y no, por esta vez no eran los embarazos).
Aunque la vida nos lleve por caminos y derroteros distintos, aunque las vidas se separen por un u otro motivo, hay cosas que siguen y seguirán en su sitio.
Pues estar tiempo sin ver a las personas que en algún momento de nuestra mísera existencia han sido importantes y cuando los ves de nuevo, en vez de hacer un resumen de (y cito conversación de ayer por la noche): en 5 años (los que no nos hemos visto por a) perrería b) excusas del tiempo y/o trabajo c) lejanía física .... etc etc) de mi vida me he ... 4 veces, me he comprado...., tengo, vivo, trabajo... Todo esto se resume en 5 minutos de conversación y luego pasa a ser una anécdota más. Inicias temas de conversación como si los años no hubieran pasado, como si estuvieras de nuevo viéndote cada día hablando de qué mal va el país (pronto presentaré un estudio en este blog), el mundo y el espacio... en el mismo bar de hace años, el de la facultad, o el patio del instituto, durante las campanas en clase de ética.


3 nov 2008

Arroz: ¿integral, largo o basmati?


Como diría Forrest, la vida es como una caja de bombones. Pero también puede ser una variedad de arroz (y ¿por qué no?).
El sábado me encontré con una chica del instituto (esa gente que ves cada 2 o 3 años, haces un repaso de 3 minutos de cómo va la vida y adiósmuybuenas). La vi ciertamente muy guapa, pero no fue hasta que mi madre le tocó la barriga que no me di cuenta que estaba embarazada. De seis meses y medio. Como una es educadísima y finísima me abstuve de opinar lo de su embarazo y de lo que pienso realmente de los niños. Así, esbocé una sonrisa, la felicité y me interesé por esos detalles tan interesantes que giran entorno las embarazas: es niño; nacerá...; no, no tengo náuseas, pero noto que cada vez tengo más ganas de mear...
LO PEOR fue cuando me dijo: bueno, y ¿tú qué? Que ya tenemos una edad y se te pasa el arroz. ¿Que piensas tener, un hijo con 30? Me quedé con una cara de tonta allí delante de su felicidad preñil y no le contesté las crueldades que pensé. Simplemente fue algo así como: es que ya no sería capaz de ser madre.

¿Qué derecho tiene a opinar sobre si se me pasa el arroz? Estamos en el año monotema (novio, hijos, casa, bodas, hipotecas....) Mi arroz es el que anuncian en la tele, que no se pasa....